Iratialdea

Historia, Cultura y Tradiciones

Danzantes de Ochagavía

Las danzas de Ochagavía están formadas por cuatro partes, además de paloteado,, una pañuelo danza y una jota. Los ocho danzantes, con el enmascarado personaje bifronte a la cabeza, el Bobo, protagonizan anualmente, a inicios de septiembre, ante la ermita de la Virgen de Muskilda, esta ancestral danza llena de simbolismo.
El primer documento escrito que hace referencia a la actuación de los ocho danzantes y el bobo en Muskilda, data de 1.695, siendo, por ésto una de las danzas más antiguas del Folklore de Euskal Herria.

Axuri Beltza. Danzas de Jaurrieta

La danza de Jaurrieta, o “Axuri Beltza” es una danza-recreación, que con base a la melodía, y letra, perdida en el tiempo, y recogida por Azkue en Jaurrieta a primeros del siglo XX, y con la colaboración y testimonios locales, fue recuperada y reinterpretada por el matrimonio de folkloristas Urbeltz- Arregi.

Esta danza se recrea todos los 15 de Agosta en la localidad de Jaurrieta.
“Axuri beltza ona duk bainan xuria berriz hobea, dantzan ikasi nahi duen horrek nere oinetara begira (…)”.

Esta danza se ha configurado como danza de mujeres, son ellas las que corean la letra de la canción mientras bailan en círculo, y como otro simbolo de identidad del valle junto con la melodía y canción del Orhiko Txoria. La indumentaria es la propia del lugar: traje salacenco.

En esta localidad podemos visitar un pequeño, y coqueto museo dedicado a ésta danza y al cultivo de la patata de siembra.

Ochagavia
Ochagavia

Fiesta Orhipean. Oficios y tradiciones

La fiesta consiste en recrear una jornada cualquiera de la vida cotidiana de Ochagavía a principios de siglo donde, con el pueblo totalmente ambientado como escenario y con la participación de sus vecinos debidamente caracterizados con atuendos y peinados de la época, se van desarrollando las diferentes faenas y actividades tradicionales.

La implicación de los vecinos en la preparación de la fiesta es muy importante pero aún es más decisiva su participación en la misma. Es difícil abarcar todo lo que se ve en Ochagavía, ya que cada vecino funciona como un personaje y por tanto vuelca su propia visión de aquellos años con su atuendo, la ambientación de su casa y su forma de actuar. No sólo se ven personajes dedicados a las labores del campo, sino que podemos ver la figura del médico, maestra, unaiak (pastoras de vacas) …

Fiesta Urruxkide

Azkue a primeros del siglo XX lo recoge de la siguiente manera: «..sinónimo de maikide, compañero de mesa, comensal. En Otsagabia, el día de San Esteban, el párroco, desde el púlpito, decía con quién debía juntarse cada familia del pueblo: fulano con zutano. El sacerdote elegía a algunos ricos para comer con los pobres….»

En otras localidades se echaban en un montón las llaves de las casas y se iban cogiendo al azar. eligiendo de ésta manera con que se debía de comer el día de la fiesta. Es de aquí de donde se toma el nombre de la fiesta de hermandad del valle de Salazar, que se desarrolla de manera alterna en cada una de las localidades al final de cada verano. En esta fiesta se puede disfrutar de las diferentes danzas del valle, feria de artesanía, actuaciones musicales, etc.

De la misma manera el Almiradío celebra su «Almiradioaren Eguna» a mediados de agosto.

Ochagavia
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Brujería

Durante el Siglo XVI se suceden varios procesos de brujería en el Norte de Navarra, la mayoría de ellos en la zona Pirenaica (Valles de Roncal, Aezkoa y Salazar, Burguete, etc.).

Los principales procesos son llevados a cabo por los inquisidores, pertenecientes al consejo real, Balanza y Avellaneda. En estos procesos son encausadas decenas de personas de Otsagabia, Ezcaroz, Oronz, Esparza, Itzaltzu, Ibilzieta, Jaurrieta, Uscarres, etc. Incluso Lope de Esparza, a la sazón Alcalde Mayor y Capitán de guerra del Valle, es encausado, y desterrado, aunque otros y otras corrieron peor suerte (horca, hoguera, tormentos varios, etc.)

En éstas razzias se mezclan los componentes habituales en procesos de éste tipo, con la situación convulsa relacionada con la última intentona de reconquista del reino por las tropas soberanas de Navarra.

La brujería ha llegado hasta nuestros días en forma de cuentos y leyendas varias, así como topónimos que nos evocan a aquellas duras situaciones para la población local.

Mitos y leyendas

En entornos naturales como los nuestros podemos encontrar leyendas y lugares que nos evocan a ellas, muchas de ellas muy extendidas a lo largo y ancho de la geografía de Euskal Herria, podemos hablar de la diosa Mari y su morada en Orhi, las Lamias, y los pozos que nos recuerdan a ellas, como el de Laminosena en Ezcároz, Basajaun en la Selva de Irati, o el espíritu de Juana de Labrit…… Pero una de las leyendas que más puede representar esta comarca es la Leyenda de Gartxot, la cual pasó de madres a hijas durante siglos hasta que fue dada a conocer más allá de nuestras localidades por Arturo Campión a principios del Siglo XX (1917).

El bardo Gartxot de Izalzu, como muchas leyendas, esta también tiene base en hechos reales.
El recuerdo de ésta leyenda ha cogido un gran impulso en el siglo XXI, con una película de animación, cómics, una fiesta, y diversos elementos culturales en el mes de febrero, así como un recorrido precioso para conocer la cueva en la que estuvo emparedado Gartxot.. mas info en www.gartxot.com

Si te interesa más sobre cuentos y leyendas del valle de Salazar, te recomendamos el libro “Leyendas del valle Salazar” 2021. Xabier Diaz Esarte. el cual nos propone diferentes leyendas, y lugares para leerlas,.. y evocarlas.

Ochagavia
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Deporte Rural, oficios convertidos en deporte

Estos valles han sido tierra de ganaderos y leñadores, sigue perviviendo la afición a los herri kirolak, o deporte rural, reflejo de ésto es la presencia del Iker Vicente, aizkolari campeón de campeones, vecino de la localidad de Otsagabia.

Almadías

Rais y Raiers Catalanes, navatas y navateros aragoneses, y almadías y almadieros navarros; mismo oficio diferente nombre. Transporte, tráfico y comercio de madera por nuestros ríos. El aumento de barcos en el siglo XVIII, hizo que aumentar la demanda de madera para ellos, y esto potenció esta forma de transporte, por nuestros cauces fluviales, llegando hasta los mercados de Zaragoza, e incluso hasta Tortosa.

Este ofició permaneció activo hasta mediados del siglo XX, tanto por la proliferación de medios de transporte mecanizados, como de pantanos que impedían el tránsito. Y pervive en nuestro recuerdo hasta la muerte del último almadiero bien entrado el siglo XXI.

A modo de anécdota, los almadieros navarros estaban exentos del pago de derechos «de puentes y presas» si la madera que transportaban, por el sistema de almadías, «eran suyas o de su valle», asunto éste fuente de conflictos a lo largo de la historia.

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Trashumancia

La cultura pastoril tiene más 5.000 años de antigüedad, toda nuestra cultura está basada en cierto modo en el pastoreo. Tanto es así, que al rico en euskera se le denomina aberatsa: aquel que posee… unos rebaños. Desde comienzos de la domesticación los pastores se han visto obligados por los cambios climatológicos estacionales, a trasladar el ganado a pie (trashumar), en busca de pastos y a descender al llano donde el clima es benigno. Esta trashumancia creó las cañadas, que sin grandes modificaciones han llegado hasta nuestros días.

Nuestro pastores, principalmente, pasaban (y algunos todavía) pasan el invierno en las Bardenas Reales, de las cuales los valles de Roncal y Salazar son “congozantes” desde hace siglos.

Así, de generación en generación, los rebaños han ido recorriendo de norte a sur las tierras de Navarra, rutas que en la actualidad, y por la disminución o pérdida de su uso, quedan relegadas a rutas de senderismo o de BTT.

Alpargateras

Desde el año 1860, las mozas de los valles de Roncal, Salazar, Ansó y Hecho viajaban para trabajar en la boyante empresa alpargatera de Mauleón. Atravesaban el Pirineo, para pasar allí todo el invierno, trabajando duro en los diferentes talleres alpargateros.
El mercado de la alpargata marcó toda una época en la economía de Maule, y la emigración de estos valles supuso un aumento importante en su población. En los talleres, cada una de ellas se ocupaba de una labor. Unas cosían la tela, otras ponían la cuerda, etc.

Si el trabajo era duro, el viaje no lo era menos. en estos momentos se siguen investigando diferentes posibles hechos luctuosos en estos viajes. Si bien el sobrenombre de «golondrinas» se les empezó a dar en la segunda mitad del siglo XX, esta actividad desapareció en la década de los 30, por el propio declive de la industria, y la situación prebélica.

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